jueves, 26 de marzo de 2009

SI HAY QUE IR SE VA...

Desde que suspendí el oral hace escasamente un mes he pasado por distintas fases.
En un principio sentí la necesidad de mandarlo todo a tomar viento y cambiar de rumbo. Huir a cualquier lugar donde no te traten como un idiota ni te suspendan sin razón. Y digo sin razón porque tengo mis razones, valga la repugnancia.
Luego, poco a poco, las cosas van ocupando su lugar y la rabia se transforma en desánimo y en incertidumbre. A pesar de que las cosas se piensan más fríamente y la lógica hace acto de presencia, la simple idea de volver a coger un código te pone los vellos de punta.
Se pasa a continuación a la fase de “bueno...seguire”. Es lo más conveniente, lo más adecuado, lo más inteligente...¿lo más valiente?. Tampoco voy a insistir mucho en esta fase porque corro el riesgo de cambiar de opinión al no tener todavía muy afianzadas mis convicciones. En conclusión...que sigo.
Un poco por inercia o tal vez por evitar pensar demasiado o seguramente por hacer lo que hacen todos, a las dos semanas del oral me veo con un tocho de temas del test de secretarios que me dicen es el día 28 de marzo. ¿Pero cuando he querido ser yo secretario judicial? Pero allá voy, donde va la gente...como Vicente. Supongo que uno, a lo largo de la oposición va bajando el listón de preferencias. Primero Juez, pase lo que pase. Luego, piensas que fiscal tampoco está tan mal (o viceversa) y hoy, a un par de días del examen, me veo leyendo no sé que cosas del registro civil que entran para el test, autoconvenciéndome de que quizá no está tan mal ser secretario.
Aunque esto tiene más la pinta de un fin de semana en Madrid para reencontrase con amigos que de un examen, intentaremos poner las cruces en las casillas correctas porque ya se sabe que “ir pa na es tontería”.
PD: Mucha Suerte a los que vais también al test¡¡

domingo, 15 de marzo de 2009

la lista de la NO-Compra del supermercado

yo no lo hice, pero quien sabe si una tarde de arrebato algunas caen:

......Esta es una lista de cosas que puedes hacer en un supermercado mientras tu compañera@/mujer/marido/amiga@ está haciendo la compra...



1) Consigue 24 cajas de condones y colócalas al azar en los carritos de la gente cuando no miren.
2) Programa todos los despertadores de la sección hogar para que suenen en intervalos de 5 minutos.
3) Haz un rastro de jugo de tomate en el suelo camino de los baños.
4) Acércate a un empleado y dile en tono serio: "Codigo 3 en Hogar" y observa su reacción.
5) Mueve una señal de "Cuidado-Suelo mojado" a una zona alfombrada.
6) Mientras miras fijamente los cuchillos pregúntale a la empleada si sabe donde están los anti-depresivos.
7) Escóndete en los percheros y cuando la gente este echando un vistazo gritales "¡¡ELIGEME A MI, LLÉVAME CONTIGO!!".
8) Cuando haya un aviso por megáfono, ponte en posición fetal mientras gritas: "¡¡¡NOOO!!! ¡¡¡OTRA VEZ LAS VOCES!!!".
9) Métete en un probador y grita muy alto: "¡COÑO! ¡¡¡NO HAY PAPEL HIGIÉNICO!!!"

viernes, 6 de marzo de 2009

MEMORIA DE PAPEL

¿No tenéis la sensación de que todo lo que sabemos se encuentra hecho papel?. Todo lo que hemos aprendido estos años, todo lo que hemos conseguido almacenar en nuestras neuronas se halla encuadernado en libros y códigos subrayados y anotados. Ante un tribunal sólo somos lo que buenamente hemos podido retener de un código. Qué absurda actividad la de memorizar como locos artículos, letras, números y formas para un buen día desembucharlos delante de un tribunal al que le hace falta volver al papel para comprobar que dichas letras, números y formas son los correctos. Supongo que algún criterio tiene que existir para elegir a los futuros poseedores de la potestad jurisdiccional. De poco importa que seas un psicópata asesino o un loco moral con fondo epiléctico como diría Lombroso si tienes la suficiente memoria como para retener casi cuatrocientos temas en dos tiempos. ¿Es mejor juez o fiscal el que tiene mejor memoria?. Evidentemente la memoria es el reflejo de un aprendizaje pero existen muchos rasgos de la personalidad que deberían valorarse a la hora de acceder a la carrera judicial o fiscal y que sin embargo quedan en los confines de un proceso de selección.

Pero antes de que me disperse volvamos al papel. Siempre pensé que el día que aprobara tiraría todos los libros a una hoguera creada para la ocasión y me sentiría satisfecho escuchando el crepitar de las hojas al contacto con el fuego. Pero pensándolo con serenidad ese arrebato tan instintivo acabaría en un arrepentimiento. Sería como quemar una parte de mí. Una parte invisible que se encuentra alojada en mi cerebro ocupada con temas. La memoria, de naturaleza etérea, necesita volver periódicamente al papel para reorganizarse en su propia volatilidad. El papel termina convirtiendose en el suelo en el que la memoría tiene que apoyar sus pies.

Tal vez por eso llegamos a una extraña relación casi fraternal con nuestros códigos y libros. Parecen quedar impresas en el papel las horas de esfuerzo de la misma forma que se arraiga en nuestro recuerdo. Cuando se nos desencuaderna un código, se le cae una página o se rompe la portada la primera idea no es la de comprar otro ¿verdad?. El primer impulso es arreglarlo como sea porque queremos ese código y no otro. Porque ese libro y no otro es el reflejo de nuestra memoria hecha papel. Y lo mismo ocurre si se reforman los artículos. Ante estos casos comienza la fase de remodelación. Cortas, pegas, sujetas con pinzas y en general tuneas el código de la forma que mejor te venga. Pero no lo desechas porque quizás tienes la sensación de que él nunca lo haría.

Quizá el día que aprobamos no sólo aprobamos nosotros mismos sino todo el entorno que nos rodea, animado o no. Y entre lo inanimado se encuentran nuestros papeles, libros y notas. Todo aquello que nos ha servido para llegar a la meta de alguna forma cruza la línea con nosotros. Y cuando ese momento ocurre y se alzan los brazos en señal de victoria seguro que te sorprendes al comprobar como llevas agarrado con las manos algún código que te dió el empujón final.

martes, 3 de marzo de 2009

la prescripción, la caducidad y sus aconteceres


¿Cuántos plazos nos proponemos al día, al mes, al año?

¿a cuántas cosas nos creemos con derecho por su ejercicio y el devenir del tiempo?

La caducidad y la prescripción son dos formas de computar los plazos a que están sujetos el ejercicio de derechos o el cumplimiento de obligaciones.

Si el plazo es de caducidad, discurre sin posibilidad de interrupción alguna hasta que se agota. Es la pérdida por inacción del titular en plazo o, también por incumplimiento de requisitos.

Se caracteriza por la disciplina. Es un lo toma o lo dejas,.. ¡¡pero no vengas después con pitos y flautas dimes y diretes a mi!!

¿Cuántas veces nos pasa eso?

Pero hay mas..

Si es de prescripción, éste podrá ser interrumpido en su cómputo volviendo en cada interrupción a iniciarse el plazo.

¿Cuántas cosas nos proponemos alcanzar?

¿Cuántas nos proponemos desterrar a los límites del mundo?

Mientras que la prescripción esta clara en el mundo del derecho,… yo reconozco mea culpa que hay cosas que he dejado deliberadamente abandonado, a las que renuncie y otras que perdí por el camino,.. Algunas ya superadas viejas heridas de guerra no mas, otras que me han costado sudor y lágrimas muchas lágrimas asumirlas y resignarme, heme aquí una penosa,..

Pero la prescripción tiene varias caras,.. Cuando se gana y cuando se pierde, que muchas veces es una putada y otra una bendición,… ya será otro el que cargue con el muerto, que yo ya no tengo obligaciones con/para llamémoslo X.. ..

Hay más, tanto para ganar como para perder algo por la prescripción hay que alegarla, lo que viene a ser en mi pueblo… echarla en cara,

-que bonito!. ¡Ya me estás echando en cara que llevas X tiempo haciendo Ñ!

O la otra versión:

- ¡Si llevas desde el año uno sin hacer ni caso a tal o cual cosa/persona,.. ahora no me vengas con milongas de que para ti era esencial y que te la devuelva (me refiero a la cosa)!

y además en todas sus circunstancias y requisitos,… (¡sálvese el que pueda!)

y otra más aun que es la que era el fin de estas letras,… el comenzar a contar,.. porque, puede que pasado el tiempo se vuelvan a dar las circunstancias propicias (llamémosla buena fe y justo titulo) para que volvamos a poder adquirir algo,…


¿llegaremos a adquirirlo definitivamente?
¿Computaré el plazo?
¿Me lo arrebatarán antes?
¿Es que no aprendemos?
¿Valdrá mi buena fe?
¿Merece la pena?
¿Cuántas veces estamos dispuestos a comenzar?

Lo bueno y lo malo de todo, es que aún podemos elegir la naturaleza del plazo de todo aquello que nos propongamos, hoy ésto caducidad, mañana lo otro prescripción,

MÁS RÁPIDO QUE LA TORMENTA



¿Te atreves a seguir? Y si sigues ¿sabes adónde vas? ¿Cinco pasos a la izquierda o la derecha? ¿Hacia arriba o hacia abajo? ¿Adelante o atrás? ¿Dejas crecer la hierba del camino o continúas el itinerario trazado?.

La duda es un estado de incertidumbre y un límite a la confianza o la creencia en la verdad que un día tomaste como absoluta. Hay días en que la duda se hace más presente que nunca. Flota a la deriva en la memoria mezclada entre temas y artículos como nubes de algodón que aparecen y desaparecen en el cielo. Siempre está ahí. Cuando crees que no está solo es porque no la ves. Pero siempre aguarda esperando el momento más débil para hacerse presente en todo su esplendor.

Para disipar una duda, cualquiera que sea, se necesita una acción, un contragolpe certero y a veces irracional pero efectivo. Seguir hacia adelante sin pensar demasiado. Galopar mas rápido que las nubes como un caballo al que le tapan la visión para que no vea sino en una dirección. Anteojeras de caballo para que el mundo que percibas sea únicamente el que tienes delante y para que el camino que recorras sea el que pisan tus pies. Francis Bacon decía: “Si comienza uno con certezas, terminará con dudas; mas si se acepta empezar con dudas, llegará a terminar con certezas”.

¿Parece fácil verdad? Sabemos que no. Pero hagamos lo que hagamos siempre va a estar el interrogante en cada una de las acciones a las que decidamos dedicar nuestra energía. ¿Hice bien en cambiar? ¿Me rendí demasiado pronto?. Por ahora y mientras no cambie de opinión prefiero seguir galopando mas rapido que la tormenta...

lunes, 2 de marzo de 2009

LA MIRADA DEL OTRO

Hoy voy a intentar explicar cómo nos ven los demás a los osados que decidimos comenzar esta aventura. Sería imposible describir todas las anécdotas pero sí intentaré destacar alguna de ellas.
En un principio todos son halagos: “Tú puedes” .“Esto te lo sacas en nada. Tú? en nada”.“Yo tenía una amiga de una amiga de una prima que se lo sacó en dos años”. Flaco favor hacen a los demás opositores aquellos que aprobarón en dos años y son tomados como prisma con el que valorar nuestra trayectoria. Conforme pasa el tiempo la euforia ajena disminuye de forma inversamente proporcional al tiempo que lleves estudiando. La idea de que aprobarías a las primeras de cambio parece diluirse progresivamente.
Pero lo que no cae en desuso es la forma de presentarte a los demas mortales. Tu nombre parece haberse borrado y sustituido por el de “el futuro juez”. “Miradlo bien, porque ese que va ahí algún día será juez”. Da lo mismo que hayas dicho a tus amigos por activa y por pasiva que igual elegirías fiscal. Eso no les importa demasiado. Tu seguirás siendo el futuro juez. Y punto. Y lo mismo da que te presentan así a las 4 de la tarde o a las 4 de la mañana con una música house de fondo de algún garito del centro. Eso tampoco parece importarles.
Luego está la típica vecina ignorante que escuchó alguna vez que opositabas a judicaturas y que cuando entras en el portal rezas para no encontrarla. Mala suerte, ahí está otra vez. Con lo poco que salgo y lo mucho que me la encuentro. Antes de desearnos unos buenos días como Dios manda ahí está la pregunta mamporrera: “¿Bueno tu eres juez ya o no? eh? eh? Eh?¡” te pregunta inquisitivamente. Vaya, comenzo el interrogatorio y todavía no me ha leido mis derechos. Entonces no sabes si responderle amablemente o hacerle una llave de judo para que aprenda que hay preguntas que no necesitan ser respondidas. Siempre me he quedado con las ganas de responderle con otra pregunta. “¿Señora, realmente a usted le importa algo? porque a mí lo que usted haga tampoco me quita el sueño”. Pero ese tipo de crueldades quedan todavía en la fase interna del iter criminis, aunque sin descartar que algún día se conviertan en acto ejecutivo.
Tampoco hay que olvidar lo que podríamos llamar “El aprobado vitalicio”. La creencia popular de que si has aprobado una vez un examen este aprobado se mantendrá indestructiblemente durante el resto de tu vida. “¿Pero eso no lo aprobaste el año pasado?”comentan algunos.“Tu prepárate bien el último que con este no vas a tener ningún problema” sentencian otros a modo de videntes. Lo que no sabe ellos es que en esta oposición, el factor X, eso que no se puede dominar y que condensa el poder de anular nuestros conocimientos, juega un papel esencial.
En fin, podría estar escribiendo historias durante varios artículos y todavía me quedarían cosas que decir. Parafraseando a Jesucristo terminaría diciendo:
...“Padre, perdonalos porque no saben lo que hacen”...

domingo, 1 de marzo de 2009

PRESENTACIÓN DEL GUERRERO

Prepárate para la guerra si quieres conseguir algún día la paz. Esa frase debía pronunciarla alguién que entendío que todo tiene un precio, que aunque largo es el camino el destino se aparece a lo lejos a aquellos que decidieron no trocar su rumbo. Haz lo que puedas, con lo que tengas, en dónde estés...pero lucha. Lucha porque es mejor pensar que la suerte termina por favorecer a los valientes que no se rindieron en los primeros asaltos.

Hoy, tras varias batallas perdidas y algunas heridas aún sangrantes, me adentro en este mundo dedicado a los blog de la mano de otra soldado curtida en no menos batallas. Hace tiempo comprendí que las penas en compañía son mas llevaderas y que en la guerra por conseguir la plaza que todos ansiamos la unión siempre hace la fuerza. Ojalá consigamos que este blog se convierta en un punto de encuentro de aquellos que luchamos por conquistar un sueño. Un lugar donde contar alegrias, penas, frustraciones y realidades.


Sin más me despido desde mi garita de papeles, temas y carperis con la certeza de que la unica batalla que se pierde es la que se abandona.