miércoles, 20 de abril de 2011

BOTELLA AL MAR



Escribir aquí es como lanzar una botella con un manuscrito a un océano virtual sin esperar a que te respondan o dando por improbable la posibilidad de que alguien lo haga. Pues bien, hoy he vuelto a caer en la cuenta de que hace ya algún tiempo que este naufrago de leyes y artículos no se sentaba a la orilla de la playa y se decidía a mandar su siempre última botella a este mar imaginario de confines ignorados.

Es cobarde escribir cuando uno no se atreve a dejar de pasar sus ideas por un filtro de pudor cuyos orificios moldea su antojo según le permita su desvergüenza, también moldeable. Aún así, permitidme la licencia de no dejarme el alma al aire.

Hoy, tras una etapa de “vacatio blogis” donde la vida se ha condensado de una forma sobrenatural, retomo la ya vieja costumbre de transformar en palabras eso que a veces flota anárquico en mi cabeza como nubes de algodón. Restos de mí que, tras un proceso de destilación, se acumulan ordenados en las páginas de este blog imperial que navega en la red como lo hace un galeón abandonado que se resiste a su hundimiento.

Y escribo ahora porque vuelve a hacerse presente, como un monstruo de sombras en la habitación de un niño, esa sensación insegura de lo desconocido. Como si un abismo se abriera ante mi y no tuviera otra opción que pasarlo confiando en que, a un salto, se encuentra, desde aquí invisible, la otra parte del camino. Las plazas, el destino y todo lo que eso conlleva es hoy un holograma en 3D que se percibe cerca y lejos al mismo tiempo.

Y otra vez rueda el dado poliédrico por el mapa de España para marcar el destino de los próximos sabe dios cuantos años. Porque puede que esa primera elección marque el inicio de un efecto mariposa de consecuencias insospechadas. Lanzo el dado en el tablero mientras mi inconsciente hace balance de mi mismo sin mi permiso. Y me recuerda que prometí aprendir ingles e ir al gimnasio de 8 a 10, que sigo sin saber hacerme de comer...que aún quedan frases por tachar en mi libreta de cosas por hacer.

Ahora que me doctoro en acusar... Ahora que toca hacerse mayor a golpe de escalafón... Ahora que se añora lo que todavía no se ha perdido... Ahora que la incertidumbre se enrosca de nuevo en los tobillos... Ahora que la vida te empuja como el metro en hora punta... Ahora que intento salir de Málaga para no meterme en Malagón... Ahora que la palabra Destino me suena demasiado grande... Ahora que zarpo rumbo a otros mares... Ahora que ni tú ni yo, ni nosotros...

me marcho como el poeta, ligero de equipaje...como los hijos de la mar.