lunes, 17 de mayo de 2010

CARTA A ANIMUS


Parece que fue ayer pero no lo fue. Y no lo fue porque hace ya más de cinco años que traspasamos la frontera de una historia que muchas veces pensamos interminable. Y es que está todo tan lejano y tan reciente a la vez que pareciera que el tiempo hizo una tregua para colocar la estación oposición entre aquel verano esperanzador de allá por el 2004 en el que teníamos la certeza de que todo era posible y esta primavera que se aleja y recompensa los años de sacrificio y esfuerzo. Pero así es. Sí que ha pasado el tiempo y hoy puedo decir que se cumple eso de que quien resiste gana aunque si tuviera que volver a comenzar la partida no estoy tan seguro de volverla a jugar. Seguramente sí. Valió la pena por muchas cosas.

Y atrás quedan ahora los viajes en autobús, los madrugones inhumanos, las caminatas por el Paseo de los Curas confiando en que el preparador no me preguntara el tema que no me había dado tiempo a repasar, los “qué me traes hoy”, los “no te dejes ese tema”, los “quiero más artículos”... Las preguntas sin respuesta, las llamadas de las 21:00 para quejarnos del mundo, los argumentos para no cantar primero, las risas antes de cantar, las estrategias para saltarnos un día de cante, las operaciones turrón, polvorón y otros atentados a la autoridad para cambiar temas por pasteles, los cafés con chocolate en el Cohiba, la chapata catalana...La maleta repleta de sueños, la promesa de que esta vez sería la nuestra, la incertidumbre vs ilusión, las despedidas a compañeros que se quedaron en el camino y la imagen idílica de una playa marco de esta odisea. Tantas veces inaccesible, como el espejismo de un oasis en la llanura de un desierto.

Guardo en la memoria todo eso y mucho más con la sonrisa de medio lado que provoca el recuerdo azucarado de un ciclo que ya pasó.

Gracias en mayúsculas por hacerle al tristón el camino más fácil.Por volver positivo al negativo. Por sacarle una sonrisa cuando ya no había ánimo. Y no me voy porque sigo aquí dejándoos migas de pan en el camino hasta que paséis al otro lado. Esperando brindar por tu aprobado, por el vuestro...porque hoy es siempre todavía, porque nunca me gustaron las despedidas.